Tensión entre 'indignados' y mineros en la acampada del 15-M en Sosas de Laciana

Fuente: la-cronica.net  --  Lidia de la Villa / Sosas

Sergio Ferrero

El despliegue policial impidió que el enfrentamiento fuera a más.

Unas 120 personas participaron ayer en la marcha ‘Indignados contra los indignados’. La marcha, en la que participó la alcaldesa de Villablino, Ana Luisa Durán, junto con los concejales del equipo de gobierno, partía pasadas las cuatro y media de la tarde del paraje conocido como La Venta las Perras, marcha a la que se unió en Sosas la que partió de Villaseca de Laciana.

El encuentro entre los participantes en la marcha a Sosas con los cerca de 150 participantes en la acampada organizada por el 15-M bajo el lema ‘Toma la Montaña S.O.S Laciana’ no fue posible, ya que un cordón policial impedía acceder a la zona de la acampada.

A pesar de que de esa ‘separación’, 11 representantes de la marcha, entre los que se encontraba el secretario regional del sector minero de FIA- UGT, José Manuel Álvarez Maestro, se acercaron a dialogar con los indignados. Un diálogo que fue imposible cuando fueron los representantes del 15M los que se acercaron a exponer sus intenciones a los participantes en la marcha ‘Indignados con los indignados’.

Los participantes en la marcha, en la que había muchos mineros en activo, consideran que la acampados no están bien informados y que antes de poner en marcha esta protesta debería haber hablado con la gente de la comarca y los trabajadores para conocer la realidad de la zona. Así, en una de las pancartas se podía leer ‘No estáis indignados, estáis mal informados’. En este sentido, Álvarez Maestro apuntó que “no podemos permitir que vengáis a jugar con el pan de muchas familias”. Tal como se recordó, en las explotaciones a cielo abierto trabajan 600 personas. “Si no hay minas, no tenemos otra cosa”, matizó un prejubilado.

Los ‘indignados’ del 15M leyeron un manifiesto en el que señalaron que la idea “es pararle los pies a Victorino Alonso, a denunciar toda la mafia política, sindical y empresarial que existe en el valle”. Consideran que hay que hacer algo pues cuando se acaben las subvenciones “se marchará con los bolsillos llenos, dejando un paisaje desolador y una zona deprimida económicamente”.