El pasado viernes -mediante burofax- eran informados de su nueva situación. El resto de empleados que se acogieron al último Expediente de Regulación de Empleo (ERE) extintivo -hasta alcanzar los 249- se irán yendo paulatinamente. Se espera que alrededor de medio centenar deje su puesto el próximo 10 de septiembre y el resto el día 30.
La Junta de Castilla y León aprobó el pasado día 9 el ERE presentado por la compañía danesa para un total de 249 empleados en el cual se reflejaba que los trabajadores que abandonasen en ese momento la empresa se irían con las condiciones de que les pagarían 65 días por año trabajado más 1.500 euros brutos por años en la empresa según se acordó con el comité.
Esta situación pone en entredicho la continuación de la eólica en su centro de Ponferrada. Desde el sindicato CCOO nuevamente exigen una reunión con la dirección para que aclaren “en qué condiciones se quedan los trabajadores que no se han acogido al nuevo plan de ajuste”.
Una planta que, según lo definen esos mismo empleados, “ayer parecía fantasma”. Tras este nuevo ERE el centro encargado de la producción de palas eólicas se quedará con poco más de 200 trabajadores, mientras que en el año 2008, en tiempos de bonanzas, llegó a tener cerca de 1.300.
El delegado de LM por CCOO, Ursicinio Sánchez, le solicita a la compañía que “informen de una vez si van a mantener la producción con 100, 200 o 300 operarios o con ninguno”. Desconfía que se pueda estar llevando a cabo un “desmantelamiento de la empresa”.
Por su parte, el concejal de Desarrollo Económico en el Ayuntamiento de Ponferrada, Reiner Cortés, ha lamentado lo que está sucediendo y culpa al Ejecutivo Central de esta situación. “El Gobierno de la Nación ha desarrollado durante los últimos años una política energética completamente errática que ha impedido que el futuro de la energía eólica se pueda desarrollar con claridad”, sentenció.
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