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Tino Pérez responderá ahora ante la justicia tras dos años y medio en busca y captura internacional
Fue tal vez una de las primeras y más llamativas víctimas de la crisis inmobiliaria a escala local. Pero la estela de su ruina, en su huida hacia delante, dejó tras de sí un amplio rastro de dramas en decenas de familias ponferradinas que confiaron en su constructora para adquirir un piso.
Después de dos años y medio en busca y captura internacional, el constructor Faustino Pérez, más conocido popularmente como Tino Pérez, se entregó voluntariamente la semana pasada ante un juzgado de guardia de Madrid, el número 35 de Primera Instancia e Instrucción. El empresario se dio a la fuga tras ser denunciado por los delitos de estafa y apropiación indebida por al menos una veintena de compradores de viviendas en una promoción que su constructora, Ponsferrata, se proponía desarrollar en la barriada ponferradina de Flores del Sil.
Los damnificados por la crisis de la sociedad y también por la desaparición del propietario habían entregado a cuenta a Pérez cantidades que oscilaban entre los 12.000 y los 90.000 euros. De todas ellas nada se ha sabido al menos desde el día 7 de octubre del 2008, fecha en la que se dictó la orden de busca y captura contra él, hasta hoy.
Un millón de euros. El industrial, tras entregarse voluntariamente en los juzgados de la capital de España, fue puesto a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Ponferrada. La titular de esta sala ha dictado sin embargo un auto por el que se ordena su libertad con cargos y bajo la condición de presentarse a diario en el Palacio de Justicia. También se le ha retirado el pasaporte en previsión de una nueva fuga.
Contra Tino Pérez y su constructora Ponsferrata se siguen dos procedimientos. Por la vía penal son en estos instantes una treintena los querellantes que le reclaman responsabilidades por la presunta estafa y apropiación indebida de una cantidad que en total podría acercarse al millón de euros. Todos ellos, a muchos de los cuales sus abogados ya han comunicado la noticia de la entrega del empresario, esperan que se haga justicia social.
De otro lado, en el Juzgado de lo Mercantil de León, muy poco tiempo después de que se consumara la fuga se emprendió el proceso concursal de la sociedad, que ahora mismo sigue en fase de liquidación. Algunos de los compradores de los pisos que nunca llegaron a ver se personaron también en este concurso para tratar de recuperar algunas de las cantidades entregadas a cuenta al constructor.
Concurso por 3,4 millones. En el concurso de Construcciones Ponsferrata aparece no obstante un grupo de 60 acreedores, formado sobre todo bancos y proveedores, así como algunas administraciones, que reclaman deudas a la empresa por un importe global de 3,4 millones de euros.
Lo que ninguna de las fuentes consultadas ayer por este periódico han sabido precisar es dónde ha permanecido escondido todo este tiempo el constructor berciano. Aunque desde el primer momento se especuló con la hipótesis de que se hubiera marchado fuera de España, razón por la cual se tramitó la orden de busca y captura internacional a través de la Interpol.
Y fútbol. La historia de Tino Pérez alcanzó un especial realce por los ingredientes sociales que concurren en el caso. Su rápido ascenso como pequeño constructor y promotor se entrevera también con su popularidad como presidente del club de fútbol Promesas Ponferrada, que llegó a alcanzar la Tercera División, y con una fama de hombre trabajador y hecho a sí mismo, que se vinieron abajo con el desplome de su firma y la situación en la que colocó a los modestos compradores de pisos en el barrio de Flores del Sil que confiaron en él. Al desencadenarse el caso, sus familiares más cercanos fueron los primeros en lamentarse públicamente y en hacer votos para tratar de que se entregase cuánto antes y respondiera ante los tribunales de su gestión.
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