domingo, 22 de mayo de 2011

Ponferradina 3 | 0 Córdoba

Fuente: marca.com

Los bercianos golearon a los blanquiverdes que no están salvados
Yuri, Saizar y Francis Suárez marcaron los goles de la Ponferradina

La Ponferradina, ya descendida a Segunda B, consiguió una merecida victoria frente a un flojo Córdoba que complica su final de liga, ya que todavía no tiene la salvación asegurada.

El equipo andaluz, necesitado de los puntos para cerrar su permanencia, pareció tomar la iniciativa en el partido y protagonizó las primeras ocasiones, especialmente una en la que Mackay tuvo que salir a los pies de Oriol. Pero esos escarceos iniciales dieron paso a un escenario de dominio blanquiazul, con un juego fluido y sin complejos por parte de los locales frente a la espesura de los de Lucas Alcaraz. El escenario se puso favorable para la Ponferradina con el gol de Yuri, que remató de cabeza a la red un excelente centro de Abraham y a partir de ahí no hubo reacción cordobesa y los de Claudio pudieron ampliar su renta con otro disparo de Yuri al larguero y un lanzamiento lejano de Jonathan que detuvo Alberto con apuros.

La mala tarde del Córdoba se acentuó tras el descanso y en los primeros minutos de la segunda mitad sólo la mala puntería de la Deportiva evitó que el marcador se ampliase. Los de Alcaraz se mostraron muy blandos en defensa y estuvieron desaparecidos en ataque, faceta en la que sólo amenazaron a Mackay con un remate de cabeza de Charles que salvó bien el portero.

Los locales encadenaron oportunidades, alguna de ellas clamorosa, ante la inoperancia visitante y el gol acabó llegando a falta de un cuarto de hora tras un pase excelente de Del Olmo que aprovechó Saizar. El segundo tanto acabó por agotar la escasa fe que le podía quedar al Córdoba y que acabó encajando el tercer gol en el descuento, obra de Francis Suárez. De este modo, el equipo local consiguió su objetivo de dar una alegría a su afición, dolida tras el descenso, mientras que el Córdoba se complica y todavía tendrá que esperar para certificar su permanencia matemática.

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