Arranca en Los Angeles el juicio largamente esperado por homicidio involuntario del cantante
El juicio por la muerte de Michael Jackson comenzó hoy en Los Ángeles con el alegato inicial de la acusación, que insistió en la culpabilidad del doctor Conrad Murray, en quien el cantante «confió erróneamente su vida», en palabras del ayudante del fiscal David Walgren.
Murray, de 58 años, era el médico personal del artista en el momento de su muerte por una intoxicación aguda del anestésico hospitalario propofol, y quedó acusado de homicidio involuntario. El doctor se declaró «no culpable» y podría ser condenado a un máximo de cuatro años de cárcel si el veredicto le es desfavorable.
En su exposición de los hechos, Walgren calificó la actuación de Murray como de «flagrante negligencia». «Las evidencias mostrarán que Michael Jackson confió su vida a las capacidades médicas de Conrad Murray y que eso le costó la muerte», explicó Walgren.
Uno de los momentos más dramáticos de la primera sesión del juicio fue cuando el ayudante del fiscal mostró al tribunal una grabación de la voz de Jackson tomada por Murray en la que el cantante se expresaba con dificultad -supuestamente bajo los efectos de alguna sustancia- y hablaba de sus planes de futuro. Murray, vestido con un traje gris, escuchó serio el relato de la acusación, que insistió en que el médico le suministró al artista el cóctel de medicamentos que la autopsia determinó que le causó la muerte.
La familia de Michael Jackson acudió casi en pleno a la primera sesión del juicio con Katherine y Joe, los padres del artista, a la cabeza, acompañados por Janet, La Toya, Jermaine, Tito, Randy y la hermana mayor, Rebbie. «Éste es claramente un juicio por asesinato», comentó La Toya en su cuenta de Twitter antes del comienzo de la sesión. «Simplemente queremos justicia», escribió.
Los aledaños de los juzgados estaban desde primera hora de la mañana plagados de medios de comunicación y de dos grupos de personas, por un lado los fans del «rey del pop» y por otro los amigos de Conrad Murray. «Se supone que los doctores tienen que curar, no que matar», decía uno de los carteles exhibidos a las puertas de la Corte, donde también se podía leer «Murray cobró su dinero y después se cobró su vida», mientras que los seguidores del médico insistían en que es un «hombre inocente que debe ser exonerado». «Conrad Murray, creo en ti, estoy a tu lado, te amo», señalaba otro letrero. «Creo que se va a cometer una gran injusticia, tenía un doctor para que cuidase de él y lo que hizo fueron cosas ilegales que acabaron matándole. Como mucho, pasará cuatro años en la cárcel y, para un chico que roba un collar de 2.000 dólares, ésa es la condena también», dijo a Efe la madrileña Beatriz Morán, una de las «fans» del artista presentes en los juzgados.
Por su parte, el amigo personal de Murray Willy Hampton apostó por «un juicio justo que exonere al doctor». «Le apoyo porque es amigo mío de hace años. Sé que adoraba a Michael y que Michael sentía lo mismo por él. Michael tenía problemas, llamó a Murray y éste respondió para hacer la gira. Ojalá no lo hubiera hecho, porque esto es un fraude», comentó Hampton a Efe.
El tribunal, presidido por el magistrado Michael Pastor, se encuentra en la planta novena de los juzgados de la Corte Superior del condado de Los Ángeles, la misma planta donde se celebraron los juicios por asesinato contra O.J. Simpson y el productor musical Phil Spector. Michael Jackson tenía 50 años cuando murió el 25 de junio de 2009, víctima de una sobredosis de medicamentos, mientras estaba finalizando los ensayos para su reaparición sobre los escenarios con una serie de 50 conciertos que iba a realizar a partir de julio de 2009 en Londres.
El «rey del pop» había pedido a Murray que fuera su médico personal en ese tour, si bien la Fiscalía mostró hoy que ni el artista ni el médico llegaron a firmar nunca ese contrato. Está previsto que el juicio dure al menos cinco semanas.
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