El alemán de Red Bull termina tercero tras Button y Alonso, pero gana el punto que le faltaba para alzar su segunda corona mundial consecutiva con tan solo 24 años
No fue la carrera que él deseaba, pero consiguió su objetivo. Sebastian Vettel no ganó el Gran Premio de Japón, pero se aseguró de forma matemática su segundo título consecutivo en el Mundial de fórmula 1. El alemán de Red Bull logra así arrebatar a Fernando Alonso el único récord de precocidad que todavía le quedaba: Vettel se convierte en el doble campeón más joven de la historia a sus 24 años 11 meses y seis días. Un título incuestionable logrado en una temporada en la que el dominio del piloto de Heppenheim y de los Red Bull fue arrollador, dominando 12 veces la clasificación -la marca las ganó todas- e imponiéndose en nueve de las 15 carreras disputadas.
La victoria en Suzuka fue para el británico Jenson Button, que realizó una carrera serena y tranquila, aprovechando todas y cada una de las posibilidades que se le brindaron y mostrando de nuevo su excepcional calidad de pilotaje. Vettel partió el primero y controló la carrera en la mayor parte de su recorrido. Pero sufrió las consecuencias del mal rendimiento de sus neumáticos blandos, que le obligaron a adelantar todas sus paradas en el taller. Aquello mermó sus posibilidades y le condenó a una tercera posición, por detrás también del español Fernando Alonso, con quien estuvo luchando en las últimas 30 vueltas.
Consciente de lo que se estaba jugando, Vettel no quiso arriesgar más de lo justo en esta carrera y prefirió no forzar la situación en su lucha con Alonso para no perder su segunda opción de título. Le faltaba un solo punto y no podía arriesgarse a tener que esperar otra carrera para ser el campeón... porque Button, el único que todavía se lo disputaba, iba a ganar la carrera casi con toda seguridad. "No te la juegues", le dijeron desde el taller. Y Vettel, que había anunciado que quería ganar la carrera para proclamarse campeón con una nueva victoria, les hizo caso.
Alonso, en cambio, no solo no cedió sino que se lanzó a un ataque desaforado hacia Button, que empezaba a acusar problemas con sus neumáticos. A falta de tres vueltas para la conclusión de la carrera, el español le estaba recortando alrededor de medio segundo por vuelta al británico, que le llevaba solo 1.6 segundos. El ataque del asturiano fue brutal, porque estaba luchando por el subcampeonato y podía arriesgar a fondo. Contrariamente a lo que le había ocurrido en las carreras precedentes, en las que el Ferrari del asturiano había perdido siempre posiciones en la parte final de la carrera, esta vez parecía en condiciones de poder luchar por la victoria.
Sin embargo, al final Button resistió. "Te faltan dos vueltas, vas a buen ritmo", le dijeron desde el taller al británico. Y, tras varias vueltas de duda, el piloto de McLaren recuperó su ritmo, sacó un buen rendimiento final de sus neumáticos, y acabó logrando la tercera victoria de la temporada y la 12ª de su carrera. Alonso concluyó segundo, tras una carrera impresionante en la que había partido de la quinta posición y había ido superando a todos sus rivales...menos a Button.
Sin embargo, el gran triunfador de Suzuka fue Vettel. Acabó tercero, pero no pudo contener el llanto en el mismo coche. "Eres el campeón del mundo", le dijeron desde el taller de Red Bull. "Habrías podido ganar la carrera, pero da lo mismo, eres el campeón". Y él chilló, se emocionó, recibió la felicitación de todos sus compañeros, de su padre, de su equipo. "Gracias a todos, gracias", atinó a decir Vettel, intentando mantener la calma. Le quedan cuatro carreras para volver a ganar. Y seguro que lo hará.
Jaime Alguersuari, por su parte, realizó una mala salida en la que perdió tres posiciones. Nunca consiguió ir a la par de su compañero de equipo, que llegó a ser el 11º, pero que tuvo que abandonar tras perder la rueda delantera derecha, mal fijada en un repostaje, cuando habían transcurrido 12 vueltas. El piloto español comenzó entonces a ganar posiciones y se colocó en 15ª posición. Hizo una buena carrera, pero acusó el problema de su mala clasificación y de su pésima salida.
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