La vacuna experimental reduce a la mitad el riesgo de infección en bebés
Los primeros resultados del ensayo clínico fase III de la vacuna contra la malaria 'RTS,S', la más avanzada en su fase de desarrollo, han demostrado que su uso reduce en un 56 por ciento el riesgo de que los niños de 5 a 17 meses padezcan esta enfermedad, y en un 47 por ciento de caer infectados por el parásito 'Plasmodium falciparum', causante de la malaria más grave.
Los primeros resultados del ensayo clínico fase III de la vacuna contra la malaria 'RTS,S', la más avanzada en su fase de desarrollo, han demostrado que su uso reduce en un 56 por ciento el riesgo de que los niños de 5 a 17 meses padezcan esta enfermedad, y en un 47 por ciento de caer infectados por el parásito 'Plasmodium falciparum', causante de la malaria más grave.
De mantenerse este perfil de eficacia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) podría recomendar su uso en 2015. Así se desprende de los datos presentados este martes en el Foro de la Malaria auspiciado por la Fundación Bill & Melinda Gates que se está celebrando en Seattle (Estados Unidos), y que también publica en su edición 'on line' la revista 'New England Journal of Medicine'. La vacuna, desarrollada por la farmacéutica GlaxoSmithKline (GSK), es resultado de la colaboración entre múltiples instituciones públicas y privadas y ha sido financiada principalmente por la Fundación Gates y la Iniciativa PATH para la Vacuna contra la Malaria (MVI, por sus siglas en inglés).
Dicho estudio, que empezó en mayo de 2009 y finalizará en 2014, se ha realizado en once centros de investigación de siete países del África subsahariana (Burkina Faso, Gabon, Ghana, Kenia, Malawi, Mozambique y Tanzania), y en él han participado un total de más de 15.000 niños. No obstante, estos primeros resultados se refieren al seguimiento durante 12 meses de los primeros 6.000 niños vacunados, entre los 5 y 17 meses de edad.
Los datos confirman los obtenidos durante las investigaciones realizadas en la última década por el equipo del doctor Pedro Alonso, el Centro de Investigación de Salud de Manhiça (CISM) de Mozambique y el Centro de Investigación en Salud Internacional de Barcelona (CRESIB) del Hospital Clínico de Barcelona y la Universidad de Barcelona. Según el propio Alonso, «se trata de una gran noticia pero es fundamental mantener la investigación y el desarrollo de nuevas herramientas para luchar contra la enfermedad».
Si los actuales datos de seguridad y eficacia se confirman al finalizar el ensayo de fase III, la Organización Mundial de la Salud (OMS) podría formular en 2015 una recomendación para el uso de esta vacuna en zonas endémicas, lo que «allanaría el camino para la implementación de esta vacuna en aquellos países donde es más necesaria».
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